jueves, 2 de junio de 2016

Mayo

Mayo está a punto de morir. Me pongo las sandalias. Piso por tus huellas, cuando tus labios morían por la sed de entrarse con los míos.
En la acera se van los tulipanes. Alguien los plantó con la alegría de derretirse con sus hojas; alguien los sumió en la más pura oscuridad con los jazmines.
Nocturna me desvelo entre tus brazos. Desnuda te persigo, y en mis dedos se acaban las plegarias.
Los crisantemos florecieron en la dehesa de la orilla. Como en un río recorrieron los lugares donde despertaron las mimosas, y ahora que el invierno ya murió, su sueño vivifica primaveras.
Cómo luce el amarillo entre la hierba. Las olas extienden tu mirada con el mar en el fondo de tus ojos.
Los pétalos rojos son sagrados. Fluyeron y cayeron desde el cielo. Dios los consagró, cubriéndolos de esperma.
Qué ángel visitó todas las tierras que se envolvían en tus pies. Qué hielo sofocaron tus pisadas. Qué desnuda quedó la escarcha entre tus besos. Qué mina de amor me has ofrecido.

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