domingo, 28 de junio de 2015

Amor, cómo vive la memoria

Amor, cómo vive la memoria, cómo se mantiene. Cae un recuerdo como caen las alas de los pájaros, y como los pájaros vuelan en el corazón. Llevo la luna en mis raíces, y en sus ojos se despliegan los ojos de la escarcha. En ese agua lunar que me confluye vivo en mis adentros, y en erial donde a veces no llegan las gaviotas vivo y a veces me enamoro de su aridez. Hay aridez en el amor, una parte seca, dura y hosca, que se mantiene a ras de suelo cuando la piel se siente llena de caricias, cuando ha llovido y el sol cubre la tierra, y la envenena. Oh, amor, qué duros los topacios del jazmín, qué duros los pétalos que se convierten en labranza, cómo el arado los mezcla, los tritura, cómo se abastecen de desierto Cuando me seco se extiende una llanura. Sólo los ciempiés me sobreviven. Sólo las larvas subterráneas, sólo el agujero de los topos, que es cenit y madriguera. Soy fuente y espejismo de la fuente, manantial y piedra del manantial, agua que corre y lágrima cuando se mueven las arenas.

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