martes, 30 de junio de 2015

Llego al horizonte

Llego al horizonte. Allí me miro, en ese mar de los Sargazos que me llena, en esa espuma verde con reflejos de sal, una sal ígnea y reluciente. Mi fuego brilla. Lanzo las piedras al estanque, y en las llamaradas hierve el agua entre tus ojos. Amor, soy peregrina en un desierto con volcanes dispuestos a nacer, y en esa muerte que avanza hasta su término, soy final y mensajera. Se abre ante mí una cama abrupta. En ella yazco con el agua. Me inunda mientras duermo, y me incita a renacer. Recoge el polvo estelar, y la ceniza, y amasa la derrota. Una mañana se abrirá el tiempo. Olerá a niño recién lavado, a brasa seca, a torrente de nubes que a lo lejos entonan un Réquiem por los muertos. Oh amor, si calcinada te podré seguir amando, ¿dónde caerá la lluvia en mi lugar?, ¿dónde incidirá la línea de la sombra? Te medito, y con un gran caparazón iluminas las hogueras que delatan su deseo de atravesar la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario