El mar me devuelve tu mirada. En tus ojos veo cómo crece el oleaje, cómo la espuma se despierta en el azul y permanece siendo blanca.
En tus ojos busco la redención. Busco la caída. Quiero descender a los infiernos, quemarme entre las brasas, decirle a Satán que el amor es el crimen más enorme y que entre sus intermitencias está la iniquidad.
Soy asesina de esas flores que crecen tras de ti. Devoro tus huellas y en el suelo me como sus semillas.
Las flores me crecen en los labios con sus hojas de flor, y reverdecen en mi boca.
Amor, resucito en ti, y tus manos dispersan el vacío. Lo quemas entre antorchas mientras amas el animal que me duerme y me alimenta.
Ven, y alójate dentro de mí. Ten mis oquedades, suspira mis delirios. Deja que la luna sea luna solamente. Llénate de sombra y amanéceme en mi cuerpo.
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