Amor, en este tiempo que vendrá se espesa la sustancia. Se acumula el amor como los crímenes, entre sangre fenecida, entre latidos desvaneciendo la penumbra.
Amor, mayo y sus mitades llevan en su seno el nombre de las flores. Se me repiten en el vientre y te las doy en ramos florecidos, en pequeñas nubes espaciadas dentro de mi corazón.
Penélope viajó más lejos que los héroes. Miró en si misma y encontró la razón del vellocino, el motivo de los hombres enfrentándose, y supo el porqué del veneno que la bruja puso en los vestidos.
Mi Amado, qué murmuraciones hay entre los celos. Qué deseo se oculta en el camino, potente como un presagio derramado, con la fortaleza de un neón, y la suavidad de una luna enceguecida.
Qué amores hay dentro de mí que me enternecen, que provocan mi dulzura, que soy mujer cuando te hablo, que entre mis muslos se abren las mareas, y como mujer te amo, con la energía de la hembra cuando pare las galaxias que te doy entre mis aguas.
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