Amor, entre tinieblas el día se derrama. Presiento en ti el amor, el deseo de un amor inenarrable, el vestigio del pan y su molestia entre las sábanas, el pan de la hostia, el que te doy cuando pasas a mi lado y me miras con amor de galletas, un amor que es deseo que es amor que es ansia que es amor y el beso de ese amor entre tus piernas.
Me concilio con el mundo a partir de tu semen. Te devoro a partir de tu semen. Te amo y más, y más que el además que te sostiene.
Alucino en tu sombra. La sacas de paseo, como al perro, y como el perro tienes ganas de pillar una perra en celo, y me ves y sigues caminando.
No me hueles el celo y me dejas desesperándome de encontrarte, jodida y sin joder, y me dejas y te vas y te persigo. Pero solo te encuentro frente al mar y reflexionas sobre el agua, filosofas, hablas y yo sólo quiero tu polla. No me hables de los corazones que sufren. El mío ya sufrió lo suficiente.
Ahora, frente a la arena, bájame las bragas y métemela.
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