Tu cuerpo me ha mirado. He acontecido junto a ti, y me he ido lejos a buscarte.
Amor, subes por el risco hacia los cielos, subes, y detienes tu color entre el naufragio de esa barca que quiso llegar hasta la ausencia y se quedó varada entre las rocas.
Amor, cuando esté desvalida me vendrás, y yo seré como esas sombras que antes fueron luz. Querré que me acaricies, querré tus besos, te querré a ti, y a la vez te dejaré ir a donde quieras.
No deseo poseerte. Libre como el león eres más bello. Y me quiero también libre, como el águila que sobrevive en mí y que anhela el vuelo.
Amor, ¿querrás volar prendido en mí? El espejismo nos espera para revelarnos su verdad iluminada, para dejar de ser lo que es y convertirse en un misterio que sólo tú y yo sabremos, en su alumbramiento y su pureza. Los ojos del espejismo nos dirán cuánta de su luz llega a ser milésima de rayo solar y de luna nueva.
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