Visiones del mundo, mi Amado está buscando el cielo, y yo le busco entre estrellas cálidas que no saben buscar el fuego.
Es mi palacio, el que construyo con alquimia y con baldosas mágicas, el que las brujas maldijeron y las hadas cubrieron con su varita dotada del poder de hacer milagros, como el de amarte por encima y por debajo de las rosas, con sus mismas raíces y sus mismas hojas.
Amor, que me dejas y me traes por las playas, que me subes a los montes preñados de dioses, que me dejas al borde del destino con vestido rojo, altos tacones y la miel en los ojos.
Amor, me debates entre olas rosas, entre mañanas amarillas y silentes, entre noches escarlatas y adúlteras como la letra del mismo nombre.
La luna te señala un camino negro, un camino que no es capaz de verla, que nadie ilumina, una gran estancia donde sólo se piensa, un alumbramiento de penumbra, un parto de oscuridades donde el sexo es lo único verdadero.
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