martes, 14 de julio de 2015

El fuego

Amor, escuchas cómo crece el fuego, cómo va hacia las estrellas. Las llamas se eternizan y quedan en las brasas, que recuerdan lo que aún no ha sucedido, y esperan en el momento el momento de engendrarse, el instante en que mi cuerpo te hablará, como ha hablado con la lluvia. Hay briznas que escapan en realidades que ignoramos, y en nuestra ignorancia serán nuestras cuando toque, cuando llegue el día en que el destino nos las ponga entre las manos, y seamos valientes acogiendo lo que la vida nos regala, el amor que llama y que al abrirle nos cubre con las dádivas. El amor, ¿de dónde nace? La palabra tiene la fuerza del verbo. El verbo actúa, y es su poder el transformar el alma. Hay una gruta silenciosa donde la oscuridad se asienta. Cuando termina vemos un rosal con flores blancas que iluminan la negrura. Son las flores que nos crecieron en el corazón, las flores que la sangre nos deja en el tiempo del amor, como si amar nos convirtiese en ángeles con sexo, como si amar nos ayudase a conocer el origen del ansia.

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