miércoles, 15 de julio de 2015

Me lleno de penumbra

Amor, me lleno de penumbra. En la oscuridad se dan los besos, que iluminan lo oscuro de la estancia, que derraman flores de tu boca hacia la mía, y yo te doy en los besos lo que soy, porque te amo. En los caminos del alma me interrogo. Me pregunto cómo ha sido que el verano llegó entre los sarmientos de una vides llenas de vida, llenas de ese vino que el Cristo volvió sangre, ese vino que traspasó los racimos y se me volcó en las ingles, para que me dijeses entre versos que me amabas, que me deseabas, y me querías besar en las noches de la iguana. Amor, qué tiene el tiempo que huele a río, que lleva en sus fases el agua y que es siempre el mismo, ese río en que el líquido permanece siendo líquido y que siendo, es siempre distinto, como diferentes somos al amar, una diferencia intrínseca que va girando, que dando vueltas se perfecciona y que perfeccionándose nos lleva el alma a visitar las más altas estancias de los castillos que nos viven el corazón, y nos estallan.

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