viernes, 17 de julio de 2015

En el olvido...

El poema de hoy Amor, en el olvido hay una pequeña llama que refulge, y es sagrada, como sagrados son los lutos que nacieron cuando la muerte se llevó el incendio. No quiero tocar mi cuerpo. Es para ti. Yo no sabía que en un instante un hombre me esperaba, y yo le esperaba sin conocer el momento de la espera; ahora la sangre tiene un sentido, un motivo de ser; se me agolpa en los pechos y se me seca en la piel, como si me lloviese en las venas, como si las arterias conocieran las palabras del amor. Hay una brisa de mar que nace. Está llena de crisálidas. Hoy el ritmo es de deseo. Hay un punto de temor que se convierte en más deseo, el de transitar las nubes y el de vivir en tus lugares, el de atravesarse entre las sábanas, y besarte, con el dolor de los muertos a la espalda. El alma tiene circunstancias: se alimenta de árboles, de hojas de puro verde, tan verdes que parecen un mar de enredaderas que viene hasta mis pies, y las cojo, poniéndolas en el cuello para cuidar mi voz, que no se apague, que no quede entre cenizas, porque es viernes y el amor es un regreso.

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