viernes, 31 de julio de 2015

La espera es un umbral

La espera es un umbral. Es como acariciar la luna y sumergirse en sus mares donde la plata desvanece la oscuridad intensa de un beso limpio de estaciones. Se adentra el verano. Se conduce por caminos invisibles, por la inevitabilidad del ser, y soy una rastreadora de unicornios que persigue tus huellas en los astros. Dejaste marcas en mí, con las palabras. Señalaste un territorio, un lugar para la nieve, un lugar para la playa cubierta de esmeralda, con ese ramo de mar verde, con esa profundidad en los corales que anuncian que un día el agua será roja. Amor, en este lado del planeta es por la tarde. La tarde gime entre olores de ámbar, entre deseos de semen, entre la sed y el arraigo de esa sed en las entrañas, con un vuelo desatado que cubre lo que vendrá, lo que se ignora, y miro pasar los aviones, y miro pasar las golondrinas, y las palomas que pacíficamente comen pan en las aceras y que la canción sitúa en Barcelona, aquí, casi al lado de mi casa, y sueño pasearte en esas ramblas y perderme en ti, tras encontrarme.

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