domingo, 26 de julio de 2015

Me derrumbé en los pétalos malditos

Amor, me derrumbé en los pétalos malditos que cogí cuando te fuiste, cuando la luz se me ahogaba y el corazón cesó de respirar, y mis lágrimas fueron tuyas como mío es el espejismo. Cada noche espero ver el palpitar en las estrellas. Cada día amanece con el cielo cubierto de esmeralda. Cada tarde se oculta el sol y sale por tus ojos. Camino y pelea del camino, ciudad estrecha, por tus calles los profetas adivinan con cigüeñas. Amor, perdoné todo el mal que otros hicieron, mas no olvidé el dolor. Él me hizo fuerte en una fragua triste. Allí vislumbré el poder de un Dios que nos recrea y nos otorga un cuerpo para amar. Se mueven las flores del dolor y todo lo iluminan. Crecen en los cristales que se cierran en invierno y allí terminan de tejer la primavera. En los aledaños del volcán se ciernen las lilas y se emborrachan con la lava. Te doy palabras a cambio de tu esperma. Me das una estrella que cayó a tus pies. La cogiste. Era para mí, para que cuando se me muriera en el regazo te pensara, y te cubriera con los besos que me daba en su agonía. Amor, se encaminan las águilas por debajo de los árboles. Van caminando para ver si dejas huellas, si puedo perseguir tu rastro entre las hojas que se rompan cuando septiembre entre en tu mirada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario