viernes, 31 de julio de 2015

¿Sientes...?

Amor, ¿sientes cómo las nubes pulsan en el cielo? ¿Oyes el devenir que se oculta en sus pasiones de lluvia contenida? Hoy las nubes se alimentan del azul y grisifican esa superficie donde están quietas, sin aire que las mueva, nubes altas como grandes edificios que permanecen sellados al suelo donde arraigan sus cimientos. Como un cíclope que nada ve a su alrededor, y al que le late el único ojo de su frente, noto cómo la lluvia va cayendo, como va repartiendo los pedacitos del amor en las gotas del agua que atraviesan la gran masa molecular de un julio que termina en los umbrales del frío. Amor, si la llovizna me trae tus palabras, si en tu silencio germina mi deseo, y se hace enorme, cuando se derrame la escarcha de los cielos y nos traiga el amor para vestirnos, seré como la lluvia misma derramándome en tu cuerpo, derramando mi esperanza en los lados en que el corazón reza una plegaria para que derrames tu cuerpo junto al mío, y esperaré tu sangre como aquel que espera que el ángel no asesine al primogénito.

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