martes, 14 de julio de 2015

Las rosas vienen a buscarme

Las rosas vienen a buscarme. Me llenan con su olor, y me suscitan sus colores, como si en mis ingles florecieran, como si en mis pechos surgiera un espejismo de amor, y mis ojos detuviesen esas llamas que pueden marchitarse. Entre las sábanas mi cuerpo se llena de memoria, olvida todo lo que no es de ti, y entre trazos de una nostalgia abrasadora, lo ignorado me sucede y vive en mi país donde nunca ocurrió nada, donde nunca tus labios se posaron en mi carne con el deseo de un sol naciente. Amor, ¿querrás follarme un día en el cobijo de tu cuerpo? ¿Querrás detener ese reloj que nos bulle y nos avisa que es finito? ¿Querrás vivirme con tus ingles, querrás quedarte un momento y besarme entera? Toda yo soy un crisol que pasa, y espero que los días te amanezcan en los ojos. Sé que me verás desnuda, con el corazón y el miedo del corazón latiendo, y te seré vulnerable como nunca he sido porque nunca le entregué a nadie las flores más hermosas que me nacen dentro.

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