Amor, en esta noche que viene, que se cierne en su tristeza, veo cómo la sangre se dilata, cómo el corazón la convierte en agua en las arterias.
Es un agua bendecida por el fragor del deseo. Es un agua que contiene el tiempo de duración del universo.
Agua mantenida en el caudal del cielo. Agua que se vierte en el cuerpo, renacido en esta primavera que convierte las flores en misterio.
Amor, en este mundo hay una eternidad del frío. Es nieve y en ella se trasciende. En este lupanar en que la cama es un lecho de crisálidas soy la puta más puta de los cielos, la que desciende al abismo por tus ojos, las que en tu mirada es hiedra venenosa, la mayor ramera del incendio.
Amor que eres brisa desatada, carne ensangrentada, púrpura nacida de mis ingles, acomete el corazón con una entrega invisible e inmanente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario