Amor, ¿dónde está el miedo? Lo guardé entre los terrones del azúcar, para comer sus derivaciones, sus fórmulas, sus tangentes y que así me abandonara.
En las libaciones vive el coseno de un deseo que me dejó un día y que volvió entre las setas, entre los hongos de los bosques donde residía Blancanieves.
Amor, si consigo multiplicarte serás cientos, miles de hombres a quienes desear, a quien poder amar entre el amarillo de esas cuentas que no salen, porque olvidé las divisiones.
A la orilla del amor entrarán los corazones con un alma verde, verde de esas hojas que están a punto de caer pero no caen, pues las restas se quedaron en los árboles y las ramas quieren sumarse al laberinto.
Amor de silencios, dibujas circunferencias, equiláteros y escalenos, y como Pitágoras encuentras la armonía entre los números, esos números abstractos de los que rehuyo la mirada, esos números que nada me dicen entre cantidades y conjuntos que salen a caminar entre los patos.
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