Amor, qué alquitrán se esconde en las aceras. Qué trasluces imagino al pensar en ti y al recordarte, bajo este cielo azul, como tus ojos.
Como tus ojos, este cielo azul que me recorre en los pasos de la niebla, tras la lluvia de una madrugada que selló mi sueño para que estuvieses junto a mí y me derramaras.
Amor, este cielo azul como tus ojos va girando lentamente, como un amante que siembra palabras redentoras en torno al fuego del hogar, como si la noche se incendiase en tu mirada.
En las playas clandestinas se esconde el mar, y el mar es azul como tus ojos. En su respiración oculta los añiles que revelan las profundas hendiduras de ese cielo que se desvive en tus pupilas.
En sus guaridas hay lobos azules. Sus aullidos son la plata que la luna se quedó, y que en ella permanece, mientras la voz de las estrellas pervive en la negrura y desparrama ese añil que las observa, que es azul como tus ojos.
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