Amor, qué bella es esa luna que está a punto de salir. Qué búsquedas esconde con su esfera. Qué aullidos la miran desde lejos, qué guardias ha velado, qué sueños profundiza entre sus piedras.
Si sus mares me responden, ¿en qué travesía encontraré tus mismos ojos? ¿En qué blancura resplandecerá tu piel y tu palabra?
Con esta sangre que todavía me circula, en estas menstruaciones que me estallan en el vientre, ¿qué impureza lavaré, qué semen me preñará con tu hermosura?
Alumbraré la misma luz que te refleja. Alumbraré el espejo en que me miro. Seré parturienta de ti, de tus deseos, de tus párpados que abren la mirada más allá del firmamento.
Amor, te miro como si estuvieras a mi lado, como en mi cama hubiera un hueco, el que forman las estrellas derramadas en tu cuerpo.
Mi Amado, mi circunstancia más querida. Sigue mirando la luna y recordando las huellas que los lobos dejaron en su cuna.
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