Amor, soy Yocasta, la hechicera. La sucesora de las madres. La incestuosa.
Soy Medea, la asesina. La maga que se comió el conjuro y preparó el veneno.
Soy Helena. Por mí se incendió el mundo y las Troyanas quedaron desnudas.
Soy Electra. Con ella te beso y con Orestes, preparo el carro vencedor de la muerte.
Soy Ifigenia, y mi sangre lava los pecados del mar, los salvajes aullidos del agua, y lluevo inocente sobre los vestigios de un mundo que muere.
Soy Fedra, y en mi pasión salpico las murallas con el flujo de mis albas, de mis crepúsculos, y mis menstruaciones llenan las paredes de la alcoba.
Soy Antígona, y llevo a mi padre ciego por los arrabales de los corazones, allí donde se llora por los crímenes.
Y soy Perséfone, y su mitad de primavera.
Y soy Teresa.
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