Amor, a las puertas de este mes, la primavera. Oyes tiritar las flores a lo largo del camino, ves cómo se coronan de laurel, cómo el espliego se adelanta y cómo esplenden las mimosas.
Amor, se paró el cielo y dejaron de volar las gaviotas. Se detuvieron por tus lágrimas. Cuando acabaste, volvieron a volar y todavía más alto refulgieron contra el sol que reflejaba sus alas contra el mar.
Amor, con tu llanto yo también te lloro. Los ojos húmedos te miran como si hubieses muerto varias veces, y en esa muerte se va desvaneciendo todo el semen que me diste.
Amor, ¿qué es la tristeza que viene a caballo de la escarcha? ¿Qué es el deseo que permanece en los mismos huesos que devora? ¿Qué sal te puedo dar, a ti que me conciernes como si fueras la mayor de mis constelaciones?
Hay, amor, un escrito en las estrellas. Alumbran las palabras que se comen el papel, y que tiñen mis manos de esa sangre que un día quemará por tu amor, entre tus brazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario