Un poema sin acentos, se me ha desconfigurado el teclado...
Amor, en los hijos te vivi, entre las amazonas que suspiraban por tu nombre. Quisieron cortarme uno de los pechos. Me negue. Mis pechos eran mios, en la pulsacion del aire, en las circunvalaciones del amor, donde los arboles daban sombra y la quitaban.
En la sustancia hay una sangre oculta. Entre la materia se esconde el corazon de todo aquello que pervive, de lo que se eterniza entre la luz, y entre la luz se mueve, agitandose en una danza imperecedera.
En esos hijos que pari y que abandone en tu intemperie habia nitrato con glucosa, una mezcla de amor y decadencia. Los converti en pecios de un naufragio que aun no se habia producido, un declinar de las banderas, una muerte que devoraba a los pequenos, que se comia los liquenes de su frente y los cubria con sus huesos.
Amor, en esos ninos se encarnaba el Minotauro. Esos ninos eran mi fiebre, mi deseo, mi sexo pudriendose entre las placentas, mi odio descarnado.
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