Amor, ¿has visto los colores de este cielo? ¿Cómo los rojos se superponen al azul, los rosas y violetas? ¿Hay flores escarlatas que esplenden en tus ojos?
Mi Amado, inúndame de las luces de esas lunas que te crecen en el pelo, las frondosidades de tu vello diminuto, los latidos pálidos de este amor que se concentra en el dorso de tus manos.
El corazón se preñó de esperma. Se condujo en las tribulaciones más lejanas, y acabó su trayectoria entre tus piernas.
Infarto de semen que reluces en un firmamento líquido, que es agua y aire al mismo tiempo, el agua de tus ingles, el aire que se anuda en las alas del fuego.
Amor de laberintos donde se esconde el deseo, buscas en mis ingles el aullido voraz del viento, de esa tempestad que no amaina y que se oscurece siempre vertida en esa nieve congelada que abre sus compuertas a la luz de enero, a la noche invernal que suspira por verte, en esta oscuridad primera donde mi amor se convierte en estrella.
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