Amor, vienen los Magos. Vienen a adorar con el incienso, vienen a amar a los creyentes en una luz potente y redentora.
Amor, desde la orilla de esta playa que se extiende hasta los mares de la otra parte de la Tierra, te bendigo, y te concibo en este vientre, y en esta noche que se cierne sólo veo las estrellas.
Amor de acantilados, vienen los presagios a buscarte. Es el destino que me lleva junto a ti, a morir entre tus brazos.
Amor de ansias que me amas más allá del cielo, amor que encuentras en mis labios la materia del beso, proclamo tu Nombre en mi costado, proclamo la esencia de tus labios.
Aurora que siempre llegas, que creces como las amapolas en un firmamento que comprende el deseo, que nace del deseo y la palabra, que confunde la oscuridad del tiempo, que en su eternidad es como una llama de hoja perenne, que confluye en el amor que siente.
Amor de profundidades blancas, que naces del alba y en el alba mueres para dejar el paso a la mañana, la mañana oscurecida en tus anocheceres
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