domingo, 10 de enero de 2016

Hay una herida

Amor, hay una herida que me lame la piel y en la piel deja de dolerme. Es más que dolor, es una acacia cristalina que desvanece la luz, que llega al cielo y que no obtiene respuesta.
La luna enmudeció y los mares se callaron, mientras las aguas perforaban el latir insomne de la noche.
Amor, que eres silencio engendrado en los océanos, cómo persiste en tus profundidades el árbol loco que creció ciego y sin sus hojas.
Amor, en este día que aparece siento como si no hubiera amanecido, como si a tu lado me muriera, como si la escarcha se posara y fuera eterna.
Amor que me dibujas a mí misma, que miro por ojos y te sufro como si me nacieran serpientes en los pechos y en las ingles me anidaran las culebras.
Amor, que eres amor y beso y plata, que me has dado el agua florecida, te doy mis lunares y mis rosas, te doy este amor para que lo guardes en tus piernas y convertida en diosa te amaré por encima del fuego.

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