domingo, 8 de noviembre de 2015

Las sombras

Amor, se me obstruyen las sombras. Se me caen entre las manos y los dedos no las pueden apresar. Las sombras me desdicen y acaparan los líquenes que crecen en el barro, y el agua oscura me dispone a caer en un pozo enorme donde cayó el amor.
Cayó el amor entre las aguas tenebrosas, como caen las estrellas que se rompen entre partículas luminosas, que descienden por el cielo hasta que llega el fracaso de la oscuridad.
Cayó el amor. Hay que buscar su nombre.
Las palabras son como las voces extinguidas de los pájaros, cuando las aves hablaban con su vuelo, cuando las águilas habitaban las ciudades y se posaban donde duermen las cigüeñas.
Las águilas llevaban el amor en las cornisas, lo estremecían en sus nidos y palpìtaban al lado del escorpión que inoculaba su veneno, y se dormía.
Amor, en el fondo de este brocal hay lluvia ardiendo, el agua del amanecer y del crepúsculo que nos deja el sol bajo la tierra, y que germina en las nubes y nos riega, y nos blasfema.

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