Amor, qué inútil es el amor, y necesario. Qué necesario es su girar como la Tierra, en torno a un sol y a una luna que rige sus aguas planetarias, como rige mi sangre y la entraña de mi sangre, mi fulgor y mi caricia.
Amor, en ese espejo lunar, en ese latido que se aviva cuando pasa el recorrido de ese tiempo que es la vida, mi corazón es como un nido de serpientes cambiando de piel, y sus escamas son como los cascabeles de las cabras, un grito de alegría.
Soy feliz por este amor oculto, que encierra en sí mismo el mismo enigma de todos los amores: ¿por qué y para qué amamos si es inútil amar, como el poema, que tampoco es práctico ni visible? ¿Es mejor el amor que una bombilla? ¿Mejor que una vela, mejor que una lavadora, un lavaplatos o la vitro donde preparo la comida?
Vencida por la inutilidad del amor te sigo amando, como la luna que gira y gira sin saber que altera mis aguas y las tuyas, y que ha robado mis vísceras y que mi sentimiento es suyo.
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